jueves, 18 de agosto de 2011

Día 7: Tuixent - La Seu d'Urgell - Ponts

El día de hoy está lleno de algunos imprevistos que truncan mi viaje momentáneamente. Empecemos...



Como ya dije ayer, hoy tenía que acabar el trozo de etapa que no pude acabar por culpa de los alojamientos y llegar hasta Noves de Segre. Luego tengo que empezar la nueva etapa que va desde Noves de Segre hasta Llavorsí. Todo un reto, más aún teniendo en cuenta que tengo las piernas ya destrozadas.

Me levanto a las 6 de la mañana y bajo a desayunar. La mujer del albergue me había dejado el desayuno listo por la noche para poder comer algo aunque no hubiera nadie despierto. Una santa. Hago cuenta del par de rebanadas de pan, los embutidos, el yogur con miel, el zumo... y una vez bien alimentado subo a vestirme y prepararme para empezar a pedalear. Una vez preparado me dispongo a irme, cojo el móvil y... mal asunto. Lo había dejado cargando con el cargador que compré en los chinos hacía un par de días y... ahora el móvil no coge cobertura. Ni de voz, ni de datos, ni de GPS, ni de NADA. Tengo un ladrillo de 500 euros. Me pongo muy nervioso ya que sin móvil estoy bien jodido, sobretodo estando solo como estoy. Intento calmarme, lo dejo estar y voy a por la bici.

Salgo del albergue ya a las 7 de la mañana y vuelvo a mirar el móvil. Nada. No puedo usar el GPS ni llamar en caso de emergencia. Empiezo a preocuparme bastante, pero comienzo a pedalear en dirección a Noves de Segre por si se soluciona solo pasado un rato. Voy bajando por la carretera hasta el punto en que debo dejar el asfalto para adentrarme en el bosque en dirección a la alta montaña. En ese punto vuelvo a mirar el móvil y sigue igual. Incomunicado. Llegados a este punto me planteo el meterme en el bosque sin la posibilidad de orientarme si me pierdo o llamar si me pasa algo. Decido, y creo que sabiamente, que la etapa de hoy la voy a hacer por carretera en vez de por caminos.

Decido ir hasta la Seu d'Urgell y de ahí hasta Noves de Segre. Luego ya veremos qué pasa. Así pues, sigo pedaleando por la misma carretera por la que venía. Tengo por delante 45 kilómetros hasta la Seu d'Urgell, y la carretera no pinta nada bien. Subida, bajada, subida, bajada... Pues sí señores, así me tiro las primeras 4 o 5 horas de la mañana. Subiendo y bajando la carretera, pasando pueblos, espantándome las moscas y cagándome en el ingeniero de caminos que diseñó la carretera. ¿Cómo es posible que una carretera no haga otra cosa que bajar para subir, y subir para bajar? Horroroso. Las piernas ya me chillan, pero pedaleo sin parar con un único pensamiento en mi mente: llegar a la Seu. El móvil sigue sin pillar cobertura.



Después de esas 4 o 5 horas, durante las cuales se pone a llover otra vez (para hacerlo más divertido), llego por fin a la Seu d'Urgell. Bajo hasta el valle donde está emplazada y me meto en sus calles. Nada más llegar, el móvil suena indicándome que me ha llegado un correo. ¡Funciona! Vuelvo a tener cobertura de voz y datos! Todo un descanso. Ahora la siguiente pregunta es... y de aquí, ¿hacia dónde voy? Cómo me lo monto? Una opción es ir hasta Sort superando un puerto de montaña de 20 kilómetros y después bajando otros 15. Mal asunto, está lloviendo y el tiempo está empeorando mucho por momentos. No me atrevo a meterme a subir 20 kilómetros con las piernas como las llevo, por carretera y lloviendo. Además, estoy muy cansado y con la moral bastante baja de los imprevistos del día. Otra opción es... la que al final tomo. Descansar.

Decido descansar, tomarme un respiro de un par de días y después continuar. Así pues, me dirigo a la estación de autobuses a preguntar por el autocar a Lleida. El conductor me dice que tengo que embalar la bici, que si no, no puedo subir al bus. Es domingo, está todo cerrado, yo estoy cansado y no tengo ganas de embalar nada. Así pues, le pregunto: ¿a cuánto está Lleida? A 130 kilómetros, me dice. Y yo respondo... "mmm bien, gracias". Nos vamos a Lleida en bici.

Me pongo en marcha a las 12 de la mañana otra vez con unos nubarrones al fondo que dan miedo. Pedaleo por carretera en dirección Lleida con 50 kilómetros ya a mis espaldas, con otros 130 que me quedan por delante. No llegaré hoy a mi destino, pero haré todo lo posible por quedar lo más cerca que pueda. Pedaleo duro por túneles, grandes subidas y grandiosas bajadas. Los coches me pasan uno a uno, algunos a una distancia prudencial y otros que podrían sacar chispas con mi bici los muy hijos de su madre. En varios momentos me paro a tomarme un par de geles de carbohidratos y barritas, a beber agua, reponer fuerzas... pero no me quiero entrener mucho ya que quiero avanzar lo máximo posible.

A las 16 de la tarde aproximadamente llego a Ponts, un pueblo suficientemente grande como para tener varios hostales donde elegir. Llevo pedaleando desde las 7 de la mañana y he hecho en total 110 kilómetros (50 hasta la Seu d'Urgell y otros 60 hasta Ponts). Decido parar por hoy ya que no quiero forzar la máquina. Me alojo en un hostal, me ducho y bajo a ponerme las botas en el buffet libre. Me meto entre pecho y espalda un entrecote y me quedo más agusto que nadie. Finalmente subo a la habitación a descansar, a ver la tele y a hacer tiempo hasta la cena. Después de cenar un plato combinado me mentalizo para el día de mañana y me relajo viendo la tele. Para acabar, subo a la habitación a descansar y dormir. Estoy reventado, este viaje está acabando conmigo. pero yo, por lo que más quiera, juro que lo ACABARÉ.

Mañana será otro día. Buenas noches a todos.

PD: Tampoco hay muchas fotos de hoy ya que todo ha sido por carretera y encima llovía.





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